Cuando escribes una novela tienes que ser plenamente consciente de qué quieres transmitirle a tu lector. Con esto no me refiero solamente a las descripciones o las conversaciones. En este caso más concreto te hablo de las emociones, de las vivencias y los aprendizajes. Hay temas que a veces se quedan por tratar o no son tratados de la forma que deberían como, por ejemplo, las relaciones tóxicas en novela romántica, del que me gustaría hablar un poco hoy.
Como escritora está claro que tu labor es escribir. Darle a la tecla, básicamente. Pero no por ello debes dejar de pensar en tu lector, en quien consumirá tu novela al final del proceso. Lo sé, tú escribes porque te llena, porque es una tarea que disfrutas sobremanera.
Pero también quieres vivir de ello, ¿o no?
Para eso tienes que vender. Y, si quieres vender, también tendrás que pensar en el lector que compre tu libro y lea tu novela.
Y ahora, vamos al lío.
Crear personajes redondos
Esto no pretende ser un artículo sobre cómo crear personajes. Yo soy diseñadora web, no profesora de escritura. Mucho menos psicóloga.
Creo, sin embargo, que uno de los puntos fuertes de una novela siempre debería de ser los personajes. Crearlos redondos para que sean coherentes y tengan sentido no es una tarea fácil. Si eres escritora de mapa puede que entiendas un poco más a qué me refiero.
Las escritoras de mapa planeamos mucho y, al final, no todo se refleja en la novela.
Y con planear mucho no me refiero al físico de los personajes o sus características mientras recorremos la historia. Esas ya las estamos leyendo y, aunque son importantes, en este caso me refiero más a lo que no se ve.
Cuál es el pasado de tu personaje. Qué lo ha hecho ser como es hoy. Cuáles son sus motivaciones. Sus creencias, sueños, metas. Sus deseos. Qué lo motiva o desmotiva. Si hay alguna vivencia pasada que lo condicione. Cuáles son sus miedos o sus limitaciones.
Si le das respuesta a estas preguntas estarás creando un personaje algo más redondo.
Para aprender más sobre cómo crearlos hay libros y cursos bastante completos. Pero, sobre todo, aprenderás poniendo en práctica lo aprendido (valga la redundancia): o sea, escribiendo.
Tratar las relaciones de tu personaje con los demás
Cómo se relaciona tu personaje con su entorno es una de las cosas que, a mi parecer, a veces más difícil se hace. Sobre todo, para que resulte coherente.
Con la debida planificación (la que te sea suficiente a ti) y un poco de tacto estoy segura de que no caerás en problemas como en comportamientos tóxicos generados de forma inconsciente.
A través de tu novela, tus personajes se relacionarán tanto con otros, como con su entorno. Lo que hagan (o no) y cómo hablen (o no) con los demás dirá mucho más sobre él o ella de lo que creemos.
Todavía puede resultar muy fácil caer en comentarios o burlas desagradables que están demasiado arraigados. Por eso siempre es necesario que trabajes con lectoras beta completamente ajenas a la historia que has escrito y que podrán darte una visión diferente de cada uno de los aspectos de tu libro. Jamás trabajes con un manuscrito que no ha sido leído y analizado por otros.
Como lectora, odio las novelas donde ya se huele que viene una relación tóxica entre protagonistas. Pero, como escritora, a veces todavía caigo en el error de cometer alguna que otra falta. Me resulta más fácil analizar lo que no he escrito yo que ver el error en algo en lo que llevo trabajando meses. Es difícil borrar lo que has escrito y comenzar desde cero.
Pero que eso no te frene.
Las relaciones tóxicas en novela romántica tienen que tener sentido. Tienen que estar ahí por algo y tienen que aportar a la historia que se cuenta. Créalas con consciencia y pregúntate qué aportan estas relaciones a la historia en sí o a los personajes.
Las relaciones románticas no son las únicas
Empecemos por lo más básico: las relaciones románticas no son las únicas existentes. Ni en novela romántica ni en ningún otro género.
He leído novelas románticas que, aunque me hayan encantado, me dejan un sabor agridulce porque me da la sensación de que las relaciones entre personajes solo se quedan en el ámbito romántico. No quiero generar ningún tipo de debate con respecto a esto.
Solo recuerda que tus personajes pueden relacionarse con otros a muchos niveles incluso aunque tu género sea el romántico. Relaciones de amistad o de familia, por ejemplo, es algo que me falta algunas veces en profundidad.
Intenta dejar ver cómo se siente tu personaje con respecto a su familia o sus amigos, siempre que sea relevante para la historia. O muéstranos cómo se crea una amistad entre dos de ellos.
Estas son el tipo de cosas que se desarrollan un poco al margen de la historia principal y que, aunque tienen repercusión, se puede narrar un poco entre líneas.
Para mí, personalmente, hablar de relaciones de familia siempre me cuesta y, sin embargo, son las historias que más me gusta contar. En mis libros siempre encontrarás alguna dinámica que sea relevante para la trama.
En el caso de mi libro La cara oculta de la luna, Becca tiene una relación casi inexistente con su madre y con el marido de esta por motivos concretos. Solo se trata con su hermana y de malas.
Por otro lado, en Rosa invernal, Aleksandr es huérfano y solo tiene a su hermana, con quien tiene una relación demasiado especial y complicada.
En mi proyecto más reciente las relaciones de familia también son una piedra angular de la historia. Ambos protagonistas tienen que lidiar con sus familias de formas muy diferentes.
Qué quieres que tu novela le enseñe a tu lectora
Aunque lo más probable es que cojas un libro con las ganas de desconectar un rato y dispersarte, puede ser que, de forma inconsciente, también quieras aprender algo. Y cuando digo aprender no me refiero a ser capaz de resolver un problema matemático complicado tras la lectura.
No. Me refiero a conocer algo que no conocías antes de leer ese libro.
Te pongo un ejemplo concreto. Cuando me leí El día que dejó de nevar en Alaska, de Alice Kellen, jamás había escuchado hablar del canicross. En el libro ya explican un poquito sobre qué va y, entre la lectura, me fui a buscar más sobre el tema. Qué sorpresa me llevé cuando una compañera del máster hizo su TFM (crear y diseñar una revista completa) sobre el tema.
Puede parecer una tontería, pero estoy segura de que los libros que nos enseñan algo o con los que podemos conectar mucho, se quedan grabados en la memoria. Puede enseñarnos sobre un deporte, como en este caso, pero también puede ser sobre un lugar, una afición, profesión o alguna palabra nueva.
También podemos aprender sobre relaciones a través de las historias que leemos.
Así que ahora te pregunto: ¿qué quieres que tu novela le enseñe a tu lector?
Atrévete a escribir la historia que tú quieres leer
¡No tengas miedo de equivocarte! Ni de escribir algo que no se pueda leer. Mejor mal escrito que no escrito.
Cuando quieres escribir y vivir de ello no significa que tienes que escribir obras maestras. Si me sigues, te diré abiertamente que yo no creo en ese tipo de obras. Creo en las obras normales, escritas por gente normal, que transmiten algo especial. Sea lo que sea.
Y ahora dime, ¿qué historias te gustan leer? ¿Las has encontrado o te resulta difícil? Si has contestado a la segunda pregunta diciendo que te resulta difícil, entonces te pregunto ahora: ¿qué te impide sentarte y escribir esa historia que a ti te gustaría leer?
Así nació el #ProyectoTormentas. Un proyecto del que la idea nació en el 2015 y comenzó a gestarse en el 2021. Cuando comencé a escribirla, no estaba conforme con cómo la estaba llevando, así que la dejé estancada durante unos meses. Y, al final, la retomé. Pero no utilicé lo que ya había escrito porque sabía que eso no era lo que quería contar.
Comencé, entonces, a contar la historia que yo misma quería leer en algún libro.
La historia de Sláine y de Kai, que ahora tiene también su título oficial: Nuestra historia en la tormenta y que saldrá publicada el 27 de octubre del 2022 (y que puedes comprar ya en preventa aquí).
Mis suscriptoras ya conocían el título (si quieres estar al tanto de todo lo que se cuece alrededor de esta historia, no dudes en suscribirte a la newsletter) y algunos otros detalles más. Estoy muy orgullosa de esto que he escrito y no solo por haber sido lo primero que he terminado en varios años, sino porque para mí significó un nuevo comienzo en mi carrera como escritora.
Y ahora, en serio: ¿qué te detiene a escribir la novela que de verdad quieres escribir?
2 respuestas
Siempre que te comento, dejo claro que no soy escritora, solo soy una lectora empedernida y como lectora te digo que me gustan los libros de los que aprendo y no sólo me refiero a aprender historia, sobre viajes o sobre literatura técnica, sino y sobre todo sobre el comportamiento humano. Con las novelas, da igual el género, siempre se puede aprender mucho de sus personajes, de la interacción entre ellos, de los dialogos, de los matices sico y sociológicos descritos, etc. Por eso entiendo, aprecio y valoro el trabajo de los escritores cuando además de narrar una historia interesante, llegan al corazón de sus lectores.
Muchísimas gracias por el comentario y por las palabras. Yo creo que la literatura ha de tener como misión número uno la de entretener. Si luego también podemos aprender algo, es un doble combo. Pero creo que no tanta gente leería si su objetivo no fuese evadirse un poco de la realidad 😀