La razón por la que no seguí con el Bullet Journal

método bullet journal

El método Bullet Journal es algo que me mantiene fascinada desde hace años. Todavía hoy, incluso después de haber probado un año a hacer uno. Es una forma de organización personal en la que tú misma diseñas tus meses y vas añadiendo lo que te haga falta (como listas de libros por leer, series y películas por ver, ahorros y gastos, recuerdos del año y demás). Buscando la etiqueta #BulletJournal en Instagram encontrarás verdaderas maravillas y artistas para conocer e inspirarte en este método.

Sin embargo, hoy he venido a contarte por qué yo no seguí con el método Bullet Journal después de haberlo probado durante un año completo.

 

Por qué quise comenzar con un Bullet Journal

Como te he dicho un poco más arriba, siempre me había llamado la atención el método Bullet Journal. A cada año que pasaba como adulta (entiéndase una vez terminada la carrera y con un trabajo a tiempo completo), menos tiempo tenía para actividades creativas. Con el tiempo, dejé de escribir, de pintar y dibujar, de fotografiar y todo ello porque no tenía tiempo. En realidad, sí que lo tenía, pero cómo era incapaz de organizarme de forma correcta es otro tema.

Así que, cuando me quedé embarazada y dado que la pandemia me había quitado la oportunidad de hacerme con un nuevo planificador para el año siguiente, tomé la decisión de darle una oportunidad al Bullet Journal.

En su momento me pareció una decisión acertada: tendría todo un año para dedicarle al BuJo y, dado que no tendría que ir a trabajar, de segurísimo tenía tiempo. Un poquito inocente de mí, pero eso también es otro tema. Así que en diciembre del año anterior comencé con todo el Set Up y en enero del 2021 me lancé a la aventura.

 

Qué aprendí del método Bullet Journal

Aprendí que se puede ser creativa con muy poco. Yo no tenía grandes planes para el Bullet Journal. No quería hacer obras de arte en las páginas. De hecho, quería hacer algo bonito y sencillo que me fuera completamente funcional. Y la verdad es que lo conseguí. A los dos meses ya tenía un diseño que se adaptaba a lo que yo necesitaba en ese momento y que me dejaba ser creativa y funcional a partes iguales.

A la hora de organizarme sigo siendo de esas personas analógicas. Así que creí que el Bullet Journal iba a encantarme. Lo que pasa es que también aprendí que con este método se pierde bastante tiempo. Y digo “perder” porque para mí era tiempo perdido, en realidad. Al nacer mi hija me di cuenta muy rápido que el tiempo que creía que iba a tener era una ilusión y que, si no me ponía las pilas, perdería por completo las riendas de todo.

Así que entendí que no iba a poder funcionar a largo plazo con este método. Con todo y con eso, decidí seguirlo hasta final de año para hacerme una idea clara.

El Bullet Journal me hizo plantearme otras cuestiones, como el querer seguir usando un método analógico o pasarme al digital. Algunas de las preguntas que me surgieron en esos meses todavía no tienen respuesta. La pregunta que sí respondí rápido fue: ¿quiero seguir utilizando el método Bullet Journal el año que viene? Y la respuesta la tenía muy clara:

NO.

 

Por qué no quise continuar bajo ningún concepto

La respuesta se me presentó con luces de neón y no encontré ni una sola razón por la que continuar con el BuJo el año siguiente. De hecho, mi mayor problema fue que, al no tener tiempo con la pequeña para diseñar los meses, tuve un parón de 3 meses completos. Con una agenda normal algo así ya me había pasado, por supuesto. Siempre hay ciclos malos, pero con la agenda o planificador, sigues teniendo el espacio para anotar todo lo que es importante. Aunque no lo tengas bonito.

Aquí te enumero algunas de las razones por las que no quise continuar bajo ningún concepto:

  1. El tener que sentarme una vez al mes a diseñar y maquetar el mes completo. Se me iban, al menos, unas 3-4 horas. Puede que no sea demasiado, pero perder ese tiempo de una sola sentada, me resultaba poco rentable.
  2. No tener todos los meses disponibles para planificar a largo plazo. Yo soy de las que, primero, planifica con Post-it. Las citas o fechas límite las voy escribiendo y pegando en la agenda y, cuando llega el mes, las paso directamente al papel.
  3. No poder integrar páginas al principio con el Set Up, por ejemplo, a pesar de haber tenido la idea más tarde. Dado que las páginas son las que son, una cosa que me molestaba un poco del Bullet Journal era que no podía integrar las páginas donde las necesitaba, sino donde tenía el espacio. Por eso luego había listas entre un mes y otro que, al final, siempre perdía de vista.
  4. La necesidad de más material a la hora de crear. Dado que tenía que diseñarlo todo a mano, necesitaba más cantidad de material para ello. Yo para estas cosas soy muy maniática y si ya he empezado un dibujo con un lápiz o rotulador, no puedo continuar luego con otro.

 

Cuál fue mi conclusión para mi vida como mamá

La maternidad es algo que hay que disfrutar al máximo. Pero tampoco podemos olvidar que somos mucho más que mamás. Hay mamás que deciden dejar de lado sus pasiones durante un tiempo para ocuparse al 100% de sus hijos. Hay otras que no están dispuesta a prescindir de sus libertades y sus pasiones solo por haberse convertido en madres. Y ambas decisiones son igualmente válidas.

Pero también están las mamás que toman la decisión de tener un poco de ambas, como yo.

Precisamente por eso tenía que tomar decisiones que me ayudasen a que la labor de planificación y organización me quitase el menos tiempo posible para poder trabajar. El tiempo que me quitaba tener un Bullet Journal era algo que no podía maquillar de ninguna forma.

A pesar de haberme decidido a no seguir y de haber vuelto a invertir en una agenda (para la vida profesional) y un planificador (para la vida privada), soy una ferviente seguidora del método Bullet Journal. De hecho, sigo la etiqueta todavía en Instagram y me sigo sorprendiendo del talento que hay en la comunidad.

También sigo diciendo que, en nuestra nueva vida como mamás, tenemos que aprender a tomar decisiones que nos ayuden a trabajar con fluidez y que el poco tiempo que tengamos para invertir, podamos trabajarlo bien.

 

Cómo nos organizamos el tiempo en la maternidad para ser productivas es un tema sumamente personal. Con todo y con eso, es uno de los pilares de este blog y yo siempre te cuento cómo me funciona a mí con la esperanza de darte alguna idea. O, como mínimo, la motivación necesaria. Si te interesa seguir leyendo más sobre el tema, quizás quieras leer el artículo en el que te hablo sobre rutinas o este otro en el que te doy 5 consejos para optimizar el tiempo siendo mamá.

Y recuerda que no poder hacerlo siempre todo, también está bien. ¡Nosotras también necesitamos tiempo para descansar! Y, además, la vida está llena de ciclos.

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