Tener un logotipo no es una parte esencial de tu marca de escritor. Es un complemento que da profesionalidad, sí, pero también puedes sobrevivir sin uno. Lo digo así, como entradilla de este artículo, porque suele ser lo primero en lo que una persona suele centrarse al diseñar su marca. Sin embargo, lo que es más importante que eso es la creación de una paleta de colores y una combinación potente de tipografías.
Y, a pesar de lo que te estoy diciendo, la creación de un logotipo no es menos importante. Aunque en un principio puedes trabajar sin uno, hoy vamos a ver cómo crear un logo en Canva para que esta tarea sea coser y cantar.
Qué es un logotipo y para qué lo necesitas
Esto es lo que dice la RAE: símbolo gráfico peculiar de una empresa, conmemoración, marca o producto.
Personalmente esta definición me parece un poco ambigua.
Yo diría que es el culmen de la representación gráfica de tu marca.
El logotipo es un conjunto de tipografías y elementos gráficos que representan a una marca. En tu caso, esa marca eres tú.
Pero es algo que nace una vez se ha realizado todo el trabajo que no se ve. Primero se trabaja hacia dentro: la estrategia, los valores, la comunicación, los pilares de una marca. Y, luego, hacia fuera: la identidad visual. Y en esa identidad está englobado lo que nos tiene hoy aquí: el logotipo.
Si te estoy diciendo que, en realidad, no necesitas tener uno, muy probablemente te estés preguntando para qué estoy redactando este artículo de hoy. Verás, yo te digo eso, pero te estoy hablando de si estás en el comienzo de tu carrera.
Al principio, cuando estás empezando, te aturullas con todas las cosas que descubres que, de repente, ha de hacer un escritor emprendedor. Y te agobias. Además, estás todavía tan verde a nivel marketing (a menos que ya sepas cómo va esto por un trabajo nutricional), que ni siquiera sabes quién eres y cómo quieres mostrarte al mundo.
Es muy raro que ya tengas una marca bien definida desde un principio.
Y como ese trabajo hacia dentro se hace poco a poco y conforme aprendes, por eso te recomiendo empezar sin un logotipo.
Pero, amigo, si ya llevas más tiempo en esto y los lectores han empezado a llegar por su cuenta, entonces sí, tienes que afianzar la parte visual de tu marca sí o sí.
Y para eso vas a tener que trabajar tu identidad visual y, con ella, una parte esencial: el logotipo.
Cómo crear un logo en Canva
Si te has puesto a investigar puedes haberte hecho con dos informaciones diferentes.
- Que un logotipo va a costarte un montón de dinero que ahora no puedes invertir. Que tienes que dejarlo en las manos de un profesional que realice todo tu branding.
- Que puedes utilizar plantillas de Canva completamente gratis sin tener ni que cambiar los colores porque ellos ya te lo dan todo hecho.
Me atrevería a decir que ninguna de estas dos opciones es la correcta para ti. Me explico: no tienes que gastarte un dineral en branding porque por norma general, los expertos en este ámbito tienen muchísimo bagaje y están orientados a otro tipo de profesional y/o sector.
Con esto no me refiero a que tú seas menos, para nada. Pero eres un escritor emprendedor y aquí estamos todos de acuerdo en que el presupuesto es más ajustadillo.
Pero, por otro lado, utilizar las plantillas de logotipos de Canva tampoco te va a solucionar la tarea. ¿Sabes por qué? Porque habrá decenas de personas utilizando el mismo logotipo que tú en todo el mundo. Y es que si ni siquiera te has molestado en cambiarle los colores y/o las tipografías a una plantilla concreta, entonces ya olvídate de que te reconozcan tus posibles lectores.
Lo que queremos conseguir es una mezcla de ambas cosas.
Que seas capaz de diseñar un logotipo propio e individual, creado para ti, mediante las facilidades que te da Canva, pero utilizando lo que tú ya has definido en tu identidad visual.
Así que, sí: ahora vas a ponerte el sombrero de diseñador y te vas a poner manos a la obra. Pero antes déjame que te lo repita: NO vas a trabajar con las plantillas prediseñadas de Canva tal cual.
Gracias.
1. El trabajo previo
Como ya he comentado más arriba, lo principal es trabajar la parte teórica de tu marca. Quién eres, cuál será tu estrategia, qué quieres conseguir de aquí a cinco años, cuáles son tus valores y cómo será tu comunicación. Esto son solo algunos puntos de ese trabajo de introspección.
Por supuesto, también tienes que saber quién es tu público objetivo y qué género escribes. Aparte de conocerte a ti y a tus gustos.
Una vez has trabajado todo esto (que, créeme, es un trabajo largo que no se consigue en un par de semanas, sino mientras tu carrera avanza y tú aprendes), entonces puedes sentarte a trabajar las partes de tu identidad visual.
Lo primero que vas a trabajar es una paleta de colores. Luego, una combinación de tipografías.
Mi consejo siempre es que nunca trabajes una y que eso sea lo definitivo, con lo que te quedes. Sino que te des margen para maniobrar. Es decir: crea de 3 a 5 paletas de colores y al menos 3 combinaciones de tipografías diferentes. Que sean cosas que de verdad te definan y no solo que te gusten en el momento en el que creas la identidad visual. Tampoco te definas por el género que escribes.
Cuando te sientes a crear el logotipo, trabajarás todo esto que has creado antes, lo combinarás de forma que, al verlo, te darás cuenta si alguna paleta o combinación podrá quedarse fuera de la elección final.
2. Diseñar un logotipo desde 0
Cuando hayas trabajado todo lo que hemos visto antes, vas a ponerte manos a la obra. Abre un documento nuevo de Canva o una página nueva en el documento de tu identidad visual.
Y, ahora, vamos a jugar.
Si nunca has creado un logotipo antes, puede que te venga bien inspirarte en los diseños de Canva, los que puedas encontrar en otros portales como Freepik o incluso en Google. Pero ojo, he dicho INSPIRAR, no copiar.
Está bien que veas qué puedes hacer y que cojas elementos de aquí y de allá para crear el tuyo propio. Pero no te bases nunca al 100% en una plantilla prediseñada porque puedes estar seguro de que otras tantas personas estarán utilizando la misma que tú.
Anímate a crear combinaciones diferentes, ármate de valor y prueba cosas que crees que “no te gustan”. Lo pongo entre comillas porque muchísimas veces piensas que algo no te gusta (un color, un tipo de letra, un estilo) y lo único es que no has sabido combinarlo de la forma correcta.
Porque cuando encuentras tu paleta de colores, tus tipografías y tu logotipo, estos te hablan. Los ves y dices: «este, este es». Y lo sientes de verdad.
Suena muy místico, pero te prometo que es así.
Y por eso no quieres basarte en plantillas que han creado otros porque esos logotipos no te dirán nada, no te hablarán.
Planifica aquí tiempo para experimentar y jugar con las combinaciones y, una vez tengas varios logotipos creados, déjalos respirar. Esto es como un buen manuscrito. Verás los fallos cuando hayas puesto un poco de espacio entre tu logotipo y tú.
3. Valídalo antes de tomar una decisión
Este es, para mí, el paso más importante.
Cuando trabajo las identidades de los escritores que ponen sus webs en mis manos, siempre les digo que, antes de tomar una decisión, vean el PDF, lo dejen reposar y vuelvan a mirarlo. Pero, sobre todo, que se lo enseñen a personas a su alrededor.
Porque a veces nosotros tenemos una percepción de nosotros mismos que no es la que los demás tienen. Esto no tiene por qué ser nada malo, es simplemente, que a veces los demás nos ven mejor de lo que lo hacemos nosotros porque no nos conocen tanto.
Y aunque no tienes que basar tu decisión final solo en lo que digan otros, puede que te resulte interesante saber su opinión. Porqué eligen este u aquel otro logotipo o porqué creen que esos colores no son tanto los tuyos. Enséñales el documento que has creado y escucha lo que tengan que decirte.
Te prometo que aprenderás un montón y ya no solo sobre la parte gráfica de tu marca, sino también sobre ti.
Así que, por favor, nunca escojas un logotipo sin haberlo validado antes.
Además, una vez tengas un elegido, pruébalo en diferentes tamaños. Si no puedes leerlo o reconocerlo a mayor o menos escala, tendrás que volver a trabajarlo.
Conclusión
Y ya para terminar: un logotipo no es solo algo bonito. Si te decantas por un diseño u otro solo porque te gusta más o menos, puede que estés cambiando cada tantos meses. Puedes hacerlo cuando todavía estás comenzando en tu carrera, pero créeme que no resulta profesional cuando ya tienes una trayectoria.
De esa forma, lo único que conseguirás es confundir a tu lector y a tu lector potencial.
Lo bonito de trabajar una identidad visual es darle coherencia a tu marca y hacer que esos lectores sean capaces de reconocerte (o, en su defecto, pensar en ti) cuando vean esos colores, esas tipografías o algún elemento de tu logotipo en cualquier otro lugar.
Si prefieres ver este tutorial de forma algo más dinámica puedes decantarte por echarle un ojo al vídeo que puedes ver aquí abajo o directamente desde el canal de YouTube de Diseño web para escritores en el que podrás ver todo lo que te explico aquí, en vivo:
Y al suscribirte a la newsletter podrás recibir los correos donde amplio el contenido de estos artículos todavía más, te doy tips de mi día a día o de mi experiencia sobre un tema en concreto y donde tendrás descuentos exclusivos en mis productos y/o servicios.