No poder hacerlo todo también está bien

no poder con todo

¿Cuántas veces piensas al día que no tienes tiempo de más? ¿Cuántas noches te vas a la cama pensando que estás completamente agotada? Que tienes demasiado por hacer, que no das abasto…

Reconozco que yo todavía lo pienso a veces. Pero, desde hace un tiempo, he decidido cambiar un poco mi mentalidad. Soy diseñadora web, escritora y mamá. Pero también trabajo a medio tiempo en una empresa. Soy ama de casa. Hija, pareja y amiga. Y, ante todo, soy humana.

Y por ello, es normal no poder con todo.

 

Parece que cuando entras en la maternidad te conviertes en superheroína

Mi entrada en la maternidad fue intensa. Y cuál no lo es, te preguntarás. Correcto. Todas las maternidades son intensas. Hermosas y muy duras.

No me preguntes la razón, pero parece que, cuando te conviertes en madre, hay algo que te cae encima como una piedra. La obligación de poder hacerlo todo. El deber de hacerlo todo sin quejarnos de nada. Porque las mamás siempre están bien, ¿no?

Da la sensación de que, al haberle regalado la vida a otro ser, tú quedas automáticamente relegada a un segundo lugar. Que alrededor de tu bebé gira todo lo demás, está claro. Pero no por ello tú dejas de ser menos importante. Para que una mamá pueda ocuparse bien de su bebé necesita estar bien también.

Para mí, lo peor de la maternidad es eso: la creencia de que tienes que hacerlo todo y no hay discusión. Al principio lo intentaba, pero me di cuenta de que así no quería vivir el resto de mi vida. A mí me gusta hacer muchas cosas, me encanta trabajar. Hasta le he terminado encontrando el gusto a algunas tareas del hogar. Pero no estoy dispuesta a reventarme para cumplir lo que me marca la sociedad o por tener una casa impoluta.

 

Esto no es una lista de consejos para sí poder con todo

No voy a darte consejos para que puedas con todo porque NO tienes que poder con todo. Promesita de mami. ¿Te has dado cuenta de que cuando tú estás estresada, tu bebé lo nota? A nosotras nos pasó al principio. Los primeros dos meses fueron para mí muy estresantes debido a la lactancia materna (el por qué es otra historia). No me preguntes cómo me di cuenta, pero tenía la ligera sensación de que ella también estaba nerviosa. Llámalo instinto materno.

Cuando cumplió 3 meses, vimos un piso que nos encantó y nos metimos de lleno en una mudanza. Nos mudamos cuando ella tenía 5 meses y medio y las últimas semanas en el piso viejo fueron un horror. Lloraba más a menudo y dormía peor por las noches. Pero la cuestión era que tanto mi pareja como yo estábamos estresados y agotados.

Poco después de mudarnos y una vez pasadas las primeras semanas, me di cuenta de que había tenido suficiente para el resto del año. Comencé a tomarme todo con un poco más de calma.

¿A qué me refiero? Me refiero a las tareas que hacía en mi día a día. Comencé a trabajar mis prioridades y a mentalizarme por las mañanas de que no tenía que hacerlo todo solo porque estuviese en una lista. Había más días y si no se hace, ¿a quién le importa?

Pero ante todas las cosas hoy he venido a decirte algo muy importante: en la maternidad no estás sola. Por lo tanto, no tienes que ser la única en realizar todas las tareas que ella conlleva. Si vives con tu pareja estáis ambos en el mismo barco. Y nunca tengas miedo de pedir ayuda cuando, por cualquier cosa, estés llegando a tu límite.

Tiempo para descansar

 

Date tiempo para descansar y para ti

No eres una máquina. Sí que lo eres, en realidad, porque eres estupenda. Pero no lo eres en el sentido de ser un robot. De ser perfectísima y poder hacerlo todo en tu día a día sin que se te salga ni un pelo del moño. Por eso siempre es importante que te concedas tiempo para descansar. Siempre depende de cómo tú lo prefieras, pero no te olvides nunca de tomarte tiempo para ti.

El tiempo que te tomes puede ser cada día un ratito o, si lo prefieres, un día a la semana completo. Depende de tu rutina y de tus preferencias, por supuesto. Para que te hagas una idea, te cuento un poco cómo lo hago yo.

Cuando mi hija duerme la siesta (los días que la duerme en casa) es mi tiempo de trabajar. En esa isla de tiempo que va desde una hasta tres horas, suelo hacer cosas como cocinar, comer y limpiar la cocina. Si después de eso ella todavía duerme, entonces utilizo el resto del tiempo para seguir trabajando en el blog o las redes, dependiendo del calendario. Sin embargo, cuando la pequeña se va a dormir por las noches, ahí se termina mi jornada también. Una vez que ella está en la cama lavo las últimas cosas suyas del día y el tiempo que resta hasta irme a la cama es solo mío. Y no te voy a mentir, en realidad lo suelo pasar tirada en el sofá. Pero lo hago porque esa es mi forma de descansar un poco de la rutina diaria.

No ha sido un artículo muy largo y puede que haya sido demasiado personal. Así que te voy a dejar una lista corta con las conclusiones:

  • No, mamá, no tienes que poder con todo. Prioriza tus tareas y no te obligues a hacerlas todas en un día. Divide y delega, siempre que sea posible.
  • La mentalidad es importante. Es difícil, lo sé, pero no creas que estás sola en esto. No tienes que conseguir hacer todas tus tareas en tiempo récord a cambio de tu salud física y mental.
  • Crea islas de tiempo en tu día que te sirvan de descanso. Puedes utilizar las siestas de tu bebé o, si es de los que se van temprano a la cama, el tiempo hasta que tú te vayas a dormir.
  • Siempre hay y habrá tiempos difíciles. Para esos periodos, busca ayuda cuando sientas que todo te está sobrepasando. Ya sea la ayuda de familia o amigos. Alguien que pueda ocuparse del bebé (o los bebés) una o dos horas para que tú puedas alejarte un poco del caos. También sé que es difícil, pero es muy importante tenerlo siempre en cuenta.

 

En realidad, una de las cosas que quería conseguir con este artículo es saber de ti cómo lo haces tú para concederte ese tiempo. ¿Tienes un día a la semana solo para ti? ¿Qué sueles hacer para recargar energías? ¿Tienes algún truco que compartas con nosotras?

Recuerda que contando cómo lo hacemos podemos ayudar a otras mamás en nuestra misma situación. Así nos ayudamos entre todas. 

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2 respuestas

  1. Yo por suerte no necesito demasiado tiempo para mi. Soy de las que prefiere estar siempre ocupada porque encuentro deleite en la ocupación. Hago todo con amor y por eso disfruto mis actividades, cualquiera que sea; aunque tengo que reconocer que cada x tiempo decido tener un rato para mi sola sin ningún tipo de obligación y lo que suelo hacer es escribir versos, tomar una copa de vino, oir música y cantar como una loca a todo pulmón aunque no tengo nada de voz 🙂 Y otra cosa que disfruto mucho y que me llena de nueva energía es hacer deporte, ir al gimnasio o simplemente salir a caminar. Mientras lo hago mi mente trabaja creando mundos paralelos y eso me me hace sentir plena. Quizás un escape. ???
    No sé si te ayuda mi comentario pero creo que todos somos diferentes y encontramos relax en cosas distintas.

    1. La verdad es que me estás dando la razón igual 😛 Siempre hace falta tiempo para nosotras. A veces no ha de ser mucho, eso depende de cada una. A mí también me gusta estar ocupada y hay semanas que me basta con tomarme el tiempo para cocinar y comer con toda la tranquilidad del mundo y otras que prefiero no hacer nada cada una de las noches. Depende también de circunstancias externas que no se pueden controlar. ¡Pero siempre necesitamos tiempo para nosotras! Hacer deporte o caminar es un muy buen ejemplo. El tener ese tiempo «me-time» no significa que no se haga nada de nada 😉

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