Por qué proponerte 100 objetivos para 2020 puede parecer una buena idea, pero no lo es

Por qué proponerte 100 objetivos para 2020 puede parecer una buena idea, pero no lo es

Año nuevo, nuevo yo. Año nuevo, vida nueva. Este año haré todo lo que me propuse el año pasado más nuevos objetivos y seguro lo conseguiré.

Todos lo hemos escuchado y todos lo hemos dicho. Un nuevo año empieza y estamos seguros ya desde el primer día que lo vamos a conseguir todo. Pero ¿por qué nos agobiamos con 100 objetivos en vez de ponernos unos pocos y aprender a ser más eficaces? Yo misma he pecado durante gran parte de mi vida de querer hacer mucho, siempre más y más y no tener tiempo para descansar o para mí. O para no hacer nada. Pero si el 2019 me enseñó algo, es que todos tenemos un límite y una vez que lo superamos, ni tu cuerpo ni tu mente te harán un favor y continuarán ayudándote.

 

A veces no soy realista con los objetivos que me propongo

Y muchos somos muy reacios a reconocer que nos hemos pasado. Siempre encontramos esa “falsa vida” en redes sociales de personas que lo han conseguido todo: son exitosas, tienen negocios propios donde no trabajan más de 4 horas a la semana y ganan bastante dinero con ello, viajan a cada momento y parecen felices. Yo, personalmente, cada vez que veo esas fotos, me dan ganas de reír.

Al principio me sentía mal. ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué ellos sí y yo no? En realidad, esas preguntas no tienen respuesta. Desde mi punto de vista, ese tipo de vida es irreal. Es un tipo de éxito que no casa con la mitad de las personas del mundo. Vale, seamos sinceros: el éxito es algo relativo y puede tener definiciones muy distintas dependiendo de a quién se le pregunte. Yo sé lo que el éxito significa para mí. ¿Lo sabes tú?

Yo puedo decirte, además, lo que para mí NO significa: trabajar 4 horas a la semana, ganar sumas exorbitantes de dinero y viajar todos los días del año.

Cuando vemos ese tipo de “vida” todos reaccionamos de la mima manera: nos ponemos objetivos que nos harán llegar a esa meta. Pero normalmente son, además, un millón de objetivos de los que no seremos capaces de cumplir ni la mitad.

Sé realista con tus objetivos y, una vez que tengas tu lista sobre todo lo que te has propuesto, pregúntate cuáles de ellos tienen prioridad y los que no, táchalos. No te estoy diciendo que no vayas a cumplirlos de alguna manera y en algún momento, pero si tienes una lista de 20 objetivos y al final de año has cumplido tres de ellos, caerás en la desmotivación.

Así que recuerda ser realista con lo que te propones.

 

Por qué a veces menos, es más

“Desmotivación” es una palabra con mucho peso. Al oírla, la mayor parte de las veces nos causa incluso dolor. Y es precisamente por eso que, a la hora de ponerte objetivos menos, es más.

Ver cómo van pasando los meses en el calendario y no vamos cumpliendo nuestros objetivos hace que nos sintamos frustrados y que nos sea cada vez más difícil arrancar con alguna de las tareas de nuestra lista de pendientes. Por eso es mi recomendación más humilde y sincera que no te propongas más de lo que puedes conseguir. Todos somos humanos, todos tenemos una vida y a todos se nos pasa el tiempo volando.

Tachar y delegar tareas es todo un arte, pero ayudan a cumplir este mantra. Como te comenté más arriba, tómate en serio la lista de propósitos y piensa en la prioridad que tiene cada uno de ellos. ¿De verdad es imprescindible cada uno de los propósitos de esa lista? Si no estás seguro, táchalo de ahí, crea una lista secundaria o delega la tarea (en caso de que pueda ser delegada, claro). Recuerda que, al final, lo más importante que tienes es tu salud, tanto física como mental y si nos saturamos demasiado, llegará un punto en el que no serás capaz de avanzar.

 

Errar es de humanos y a veces, no conseguirlo todo, también

Soy una fanática de las listas, lo reconozco. Llevo tres calendarios de forma paralela y dos de ellos son mis planificadores, donde anoto siempre todo lo que tengo por hacer. ¿Pero sabes qué es lo mejor que he aprendido con este método? Que anotar pequeñas tareas como “Poner una lavadora” o “Encender el lavaplatos”, aunque parezcan cosas muy lógicas y tontas, me motiva. ¿Por qué? Muy fácil.

Porque puedo tacharlas de la lista.

Las he cumplido y son tareas que no me han llevado más que unos pocos minutos. Al tacharlas de la lista, tu cerebro se motiva por sí mismo y te ayuda a continuar y a conseguir más. Puede que este método no te funcione, dado que no todo le funciona a todo el mundo. Pero, si no lo has probado, te invito a que lo hagas. Haz tu lista diaria e intenta que no hayan más de 10 tareas. Algunos días habrá tres y otros, puede que quince, pero intenta siempre mantener un equilibrio. Al final, lo que cuenta, es que al acabar la semana has tachado muchas más tareas de las que se han quedado pendientes o a medias.

¿Y sabes qué pasa si no consigues terminar con todas tus tareas pendientes? Que mañana vuelves a levantarte de la misma manera en la que lo has hecho hoy. Y es un nuevo día para tachar nuevas tareas (¡y antiguas también!). Todos somos humanos y todos deberíamos dejar de agobiarnos si no vemos conseguidos todos nuestros propósitos y tareas.

A veces me preguntan cómo soy capaz de trabajar a tiempo completo, hacer un máster, escribir (y con algo de suerte ver cositas publicadas) y además tener tiempo de cocinar todos los días, mantener el piso en condiciones y tener tiempo para mi chico, mi familia y amigos. Y no hay vez que, al escuchar esa pregunta, no me quede pensando ¿cómo demonios tiene esta persona semejante impresión sobre mí? Porque seamos sinceros, la mitad del tiempo no soy persona. Ni consigo llevar todo hacia adelante igual de bien. Algunas semanas llevo el trabajo mejor que otras. Otras, le doy más caña al máster. Escribir a veces no lo hago durante meses, porque soy incapaz de encontrar un hueco para ello. Y la mitad de mi vida no tengo tiempo para mí.

Así que no te preocupes: nadie consigue llevar una vida perfecta sin que se le escape un solo pelo del moño. Todos llevamos algunas cosas mejor que otras. Y precisamente por eso te aconsejo hacerte un favor y no dejarte llevar por los cientos de propósitos que te gustaría cumplir en este nuevo año 2020.

Si te interesa leer mi último artículo sobre propósitos, no dejes de pasarte por el balance de mi 2019 y las 5 cosas que me he propuesto para el 2020, donde además podrás contarme qué te has propuesto tú para este nuevo año que comienza.

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